Si el país pudo crear nuevo capital en la escala en que lo hizo fue porque algunos de sus ciudadanos estuvieron dispuestos u obligados a abstenerse de consumir la totalidad de sus rentas en la cantidad correspondiente.
El gobierno se dedicó a fomentar el ahorro obrero desde la década de 1790.
Es evidente que los ahorros personales de los obreros no eran lo bastante grandes como para nutrir las necesidades de capital industrial y comercial de la economía inglesa, tampoco el gobierno fue una importante fuente de capital, ni siquiera de capital social fijo en forma de carreteras, puentes y puertos.
El profesor Earl Hamilton argumentó que no era solo que la inflación la que creo ahorro forzoso al poner los beneficios extraordinarios en manos de los inversores potenciales, sino también, que al permitir esperar una elevación continua de los precios constituyó un incentivo para que los industriales siguiesen invirtiendo.
Los banqueros y los comerciantes de la ciudad podían utilizar los recursos ociosos de la nobleza rural o de los emigrantes vueltos de la india enriquecidos para financiar el comercio y, a través de esto suministrar a los industriales parte del capital que necesitaban, existen pocas pruebas de que el capital industrial procediese de los ahorros de los comerciantes o de los terratenientes excepto en los casos de transferencia impersonal.
En la practica, los innovadores utilizaron sus propios recursos o los de los amigos y parientes.
El rasgo principal del mercado de capital ingles hasta 1850 fue su extrema imperfección, hasta cierto punto que esta imperfección del mercado de capital era un problema institucional. Hasta que la Joint Stock Company Act de 1856 estableció la responsabilidad limitada, la empresa por acciones fue una forma de organización mas bien rara.
La unidad de producción característica era la empresa familiar, y el ahorrador característico era el miembro de la familia o un amigo de esta. Sin embargo empezaba a surgir una clase de ahorradores dispuestos a invertir en sectores que no conocían personalmente.
¿cómo se financio la acumulación de capital de la revolución industrial?
La puesta en marcha de una fábrica o de un taller siderúrgico eran inversiones que requerían decenas de miles de libras de capital fijo. En condiciones normales, los inversores podían esperar devolver la cantidad inicial a los pocos años de haberla pedido prestada. Un inversor o un empresario reputados, con un pequeño capital propio y una innovación que contase con una demanda evidente podía esperar obtener los fondos necesarios para iniciar el negocio con préstamos de los parientes y amigos o de otras empresas fuertemente interesadas en el éxito de la suya. Con el ferrocarril el proceso fue diferente, existía la inversión inmediata de centenares de miles de libras en instalaciones que quizás no empezarían a dar beneficios hasta a cabo de muchos años y que quizás requerían mas inversiones de capital antes de empezar a funcionar. Para obtener fondos a esta escala el promotor de ferrocarriles tenia que disponer de una amplia reserva de ahorro y poder recurrir a ella tantas veces como fuese necesario. Para ello se exigía la empresa corporativa y la emisión pública de acciones libremente transferibles. Se pudo disponer de un enorme capital social fijo en forma de canales, ferrocarriles, iluminación de calles, etc., porque sus promotores pudieron utilizar la masa de ahorros personales e institucionales existentes en una economía que ya había empezado a industrializarse y a desarrollarse. En un primer momento, fueron el Gobierno, los canales y los ferrocarriles los que pudieron aprovechar los ahorros de los inversores no participantes. mas tarde, los gobiernos y las compañías ferroviarias del extranjero pudieron recurrir a la misma fuente, en parte porque existía ya el precedente y se habían creado las instituciones necesarias.
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